La Feria de Abril de Sevilla es uno de los acontecimientos culturales y festivos más importantes de Andalucía, celebrada en Abril, dos semanas después de Semana Santa. Los historiadores hablan de su origen en el siglo XIII cuando Alfonso X otorgó el permiso para realizar dos ferias en la ciudad, una en el mes de abril y otra en septiembre con motivo del santo San Miguel.
El ayuntamiento aprobó esta fiesta de forma definitiva en el año 1847 y desde entonces no ha dejado de ganar importancia. En principio, lo que se buscaba era crear un evento que incentivara el comercio de la ciudad, que atrajo ganaderos que se desplazaron hasta la ciudad con sus animales, pero con el paso de los años pasó a ser también un gran evento cultural dedicado al cante, al baile y demás tradiciones sevillanas distribuyen en miles de casetas llenas de luz, música y color.
Durante la semana de feria la ciudad se llena de farolillos de colores, se pone sus mejores galas y los sevillanos y visitantes se dedican a disfrutar de la música, la comida, la familia y las amistades.
El inicio de la feria comienza con el encendido de miles de bombillas, lo que se conoce «alumbrado» del recinto ferial y la portada de la feria que cada año es diferente y suele representar algún monumento emblemático de la ciudad de Sevilla. Este alumbrado se mantiene así hasta el final de la feria que se clausura con unos espectaculares fuegos artificiales en la madrugada del sábado al domingo.